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¿Qué es el Síndrome de Sjögren?

Generalidades

11 de junio de 2019

El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune que se puede dar a cualquier edad, siendo más común a mujeres entre los 40 a 60 años.

 

La causa de esta enfermedad es desconocida. La producción de proteínas anormales de la defensa causa reacciones y daño contra el tejido propio. Las glándulas que producen fluidos sufren daño y, por este motivo, se producen los síntomas secos. Las investigaciones sugieren que la mezcla de factores hereditarios y la exposición a ciertas infecciones pueden predisponer a las personas a sufrir esta enfermedad.

 

Esta patología puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero lo más frecuente es que afecte las glándulas que producen humedad (como las glándulas salival y lagrimal). Por este motivo sus síntomas más frecuentes son el ojo y la boca secos. También se pueden experimentar síntomas secos en vías aéreas, piel y genitales, e incluso tener reflujo gastroesofágico.

 

El síndrome de Sjögren se define primario cuando la persona no sufre de otra enfermedad reumática. Se define secundarios cuando se presenta en personas con otra enfermedad reumática. Alrededor de la mitad de los pacientes con síndrome de Sjögren padecen alguna otra enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico.

 

La mayor parte de las complicaciones en esta enfermedad se deben a los síntomas secos, que los hace más vulnerables a infecciones en boca y en ojos. Otras complicaciones de la enfermedad pueden ser hinchazón de las glándulas salivales en la cara, hinchazón de articulaciones, inflamación de los pulmones o los riñones, e incluso inflamación del cerebro y de los nervios.

 

El diagnóstico del síndrome de Sjögren se hace a través de la combinación de síntomas, examen físico, análisis de sangre y, en ocasiones, biopsias. Se requiere de la colaboración entre reumatología y oftalmología para poder realizar una revisión profunda para el diagnóstico y evitar complicaciones derivadas de la sequedad.

 

El tratamiento del síndrome de Sjögren es principalmente sintomático buscando prevenir los efectos adversos de la sequedad de las mucosas. Los pacientes requieren seguimiento por oftalmología para vigilancia de complicaciones oculares, odontología para evitar daños dentales y por reumatología para detección de complicaciones en otros sistemas.

 

Hay pacientes que tendrán complicaciones diferentes a los síntomas secos y las derivadas de estos, y para estos se ajustara el tratamiento por parte de reumatología según cada caso.

 

El síndrome de Sjögren no tiene cura, pero el manejo adecuado disminuye las consecuencias de los síntomas y mejora la calidad de vida.

 

Por todo lo anterior, es fundamental el seguimiento de esta patología por parte de reumatología, coordinando el cuidado de los pacientes y vigilancia la aparición de posibles complicaciones.

 

En blogs posteriores comentaremos a profundidad sobre el diagnóstico, tratamiento y complicaciones de esta enfermedad.

 

 

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