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¿Cómo se trata la gota?

Modificación de estilo de vida como pilar del tratamiento

16 de agosto de 2020

La gota es una enfermedad con una alta capacidad de causar deterioro de la calidad de vida. No solamente se caracteriza por crisis de dolor intenso que incapacita por varios días y que causa una gran incomodidad. También aumenta el riesgo de sufrir infartos y ataques cerebrovasculares. Además, aumenta el riesgo de cálculos renales, enfermedad renal crónica y de daño articular que lleve a discapacidad definitiva.

Afortunadamente cuenta con opciones de tratamiento efectivas, accesibles y seguras. En el tratamiento de esta enfermedad se requiere de un trabajo en equipo entre el médico reumatólogo y el paciente. La adherencia a la medicación y a los cambios de estilo de vida son fundamentales.

El principal objetivo es evitar crisis de inflamación, evitar la aparición de tofos, evitar el daño articular y disminuir el riesgo de daño renal y eventos cardiovasculares. Esto se logrará obteniendo niveles de ácido úrico en sangre por debajo de 6 mg/dl y manteniéndolos por debajo de este nivel por tiempo prolongado.

Para poder obtener todo lo anterior el tratamiento consta de dos partes: manejo-prevención de la crisis y disminución de los niveles de ácido úrico. A continuación, profundizaremos en ambas:

  1. Manejo y prevención de crisis: Para el tratamiento de las crisis de inflamación se utilizan medicamentos con capacidad antiinflamatoria. Dentro de estos encontramos la colchicina, los glucocorticoides (prednisolona o metilprednisolona) y los antiinflamatorios no esteroideos (como naproxeno, diclofenaco o ibuprofeno). Según las características de cada paciente el médico tratante escogerá alguno de los anteriores, o incluso combinación de estos. Se ha demostrado que la aplicación de hielo en la articulación inflamada ayuda al control del dolor e inflamación. En casos complejos se utilizarán medicamentos biológicos como el anakinra o canakinumab. Cuando se controla la crisis, se podrá continuar con dosis menores de alguno de los medicamentos mencionados por un tiempo adicional para evitar recaídas, sobre todo cuando se empiezan medicamentos para disminuir los niveles de ácido úrico.
  2. Disminución de niveles de ácido úrico: Aunque lo más importante para el paciente es el control del dolor, realmente la pieza angular del tratamiento de la gota es la disminución de los niveles de ácido úrico. Al mantener niveles por debajo de 6 mg/dl las crisis de gota cada vez serán menos frecuentes hasta desaparecer, además, se disminuyen los riesgos de eventos cardiovasculares asociados a las crisis de inflamación y se disminuye el tamaño de los tofos. Para todo esto es fundamental los cambios del estilo de vida, sin esto la medicación será insuficiente para lograr los objetivos propuestos. Se buscará disminución del ácido úrico al limitar la ingesta de purinas y con medicamentos que reducen los niveles de ácido úrico (alopurinol, Febuxostat, probenecid, lesinurad). En casos de difícil manejo se utilizará pegloticasa en los lugares donde esté disponible.

Las modificaciones en el estilo de vida son fundamentales para asegurar el éxito, dentro de estos encontramos:

  1. Disminución de peso: La obesidad se asocia a niveles elevados de ácido úrico, el ejercicio aeróbico por al menos 30 minutos al día será fundamental para disminuir de peso y para disminuir el riesgo cardiovascular.
  2. Control de los niveles de glucosa: En caso de ser diabético, el adecuado control de la glucemia es fundamental para poder obtener los mejores niveles de ácido úrico posible.
  3. Dieta: No es necesario una dieta que excluya por completo los alimentos ricos en purinas, ya que estos contienen elementos necesarios para una dieta balanceada (como vitamina B12, hierro, entre otros) pero si se hace necesario reducir el consumo y las porciones de los alimentos con el mayor contenido de purinas. Entre estos encontramos los mariscos, las anchoas, las sardinas, el atún, la trucha, los mejillones, las vieiras, las salsas, las carnes rojas, las vísceras (como el hígado) y las sopas de vísceras.
  4. El consumo en moderación de carne (pollo, res, cerdo y cordero) y pescado (salmón) limitándose a porciones de alrededor de 150 gramos en varias ocasiones por semana se considera seguro.
  5. Alimentos que se consideran "seguros" en gota: Los vegetales ricos en purinas, como espinacas, y los hongos se consideran seguros en gota. Los productos lácteos bajos en grasa pueden ayudar a disminuir los niveles de ácido úrico. Las frutas (no los jugos), incluso las cerezas podrían disminuir los niveles de ácido úrico. Los vegetales y leguminosas se pueden consumir con seguridad. Las nueces y los granos integrales (avena o cebada), huevos, café, té, té verde, especias y aceites de origen vegetal.
  6. Reducir al mínimo o evitar el consumo de alcohol: Entre las bebidas que más contenido de purinas encontramos la cerveza y el vino tinto. Otras bebidas alcohólicas contienen purinas, por lo cual el consumo debe ser el menor posible, o evitarlo por completo. Sobre todo, si no hay control de la enfermedad.
  7. Reducir al mínimo o evitar el consumo de bebidas azucaradas o gaseosas: Incluye bebidas gaseosas y jugos concentrados. Estos tienen en general un alto contenido de fructosa. Se deben evitar o evitarlos por completo. También se incluyen la miel y los productos de contienen jarabe de maíz. 

En general, si hay adherencia a las modificaciones del estilo de vida y a los medicamentos, la gota es una enfermedad que cuenta con tratamiento efectivo. Aunque las modificaciones del estilo de vida por sí solas no son suficientes para el manejo de la mayoría de los casos, son fundamentales para evitar falla al tratamiento y complicaciones.

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